Por una merced real, documento que por siglos se mantuvo en poder de los habitantes de la cañada, el rey de España otorgaba cuatro leguas al oriente y cuatro al poniente al conquistador Fernando de Tapia para hacer asiento de una nueva población. Este documento, permaneció en poder de la familia de don José Rangel Avendaño más de dos Siglos, siendo sustraído y quedando solamente la tradición oral en la que se guardaba la referencia de la extensión del terreno otorgado.

Desde el barrio de “agua fría”, conocido ahora como El Socavón hasta donde La Cañada desembocaba en el Valle de Querétaro, fue la merced otorgada y toda esa extensión de tierra era una sola, comprendiendo “el molino colorado”, propiedad de don Diego de Tapia, hoy congregación de Hércules, y desde entonces sus pobladores tomaban como límite entre los dos poblados, un obelisco construido en 1810, para conmemorar el triunfo del ejercito realista sobre los insurgentes, monumento en el cual una placa de cantera reseñaba este hecho.

Con el tiempo, los límites territoriales de la nueva disposición municipal, marcaban al ya conocido como “pan de dulce” como el lugar en el que se unían dos territorios municipales, uno, el del centro -como se conoció al municipio de Querétaro- y el otro el de La Cañada, dentro del cual estaba dicho monumento, límites, los que tiempo después se conocieron como el municipio de Querétaro y el del Marqués, parte aguas que marcaría una separación forzada de lo que antes era un todo, por tener el mismo origen y ser las mismas familias, con las mismas costumbres y tradiciones.

Para los pobladores de La Cañada, este monumento ha tenido varios nombres, unos lo conocieron como el “monigote”, otros, como el supuesto sitio de encuentro de Conín con los conquistadores, algunos otros como el lugar en donde se realizó la batalla de la conquista, pero en todos ellos existe el convencimiento de que este es un lugar histórico, y que forma parte de sus raíces, de sus costumbres, y de su territorio.

Lugar de encuentro de tradiciones, como las de la flor y la cera. Sitio de hermanamiento entre Hércules y La Cañada, en donde los lazos familiares los unen en tradiciones y costumbres. Sitio al que sienten, que de manera arbitraria fueron despojados, al redefinir políticamente los límites entre los municipios de Querétaro y el Marqués, en lo que importaba mucho el trazo para el cobro del impuesto predial en fraccionamientos de lujo, marginando las tradiciones centenarias de sus orígenes.

Aunque el monumento no se movió, las costumbres seguían igual, realizándose de acuerdo a lo acostumbrado cada año, en el que acuden a su re encuentro, para después partir tanto habitantes de Hércules como los de La Cañada-, juntos, a visitar a San Pedro, su santo patrón, o a la Virgen de Guadalupe, con el sentimiento generalizado desde hace unos años, de haber sido despojados de este sitio tan especial.

La tradición y la historia misma, -porque las costumbres son más fuertes que los límites territoriales- hacen, que tanto los habitantes de Hércules como los de La Cañada sientan a este lugar como propio –como su herencia- sin importarles el conflicto entre los límites territoriales de los dos municipios. Esto, puede ser fácilmente subsanado llegando a un acuerdo, para dejar “el pan de dulce” fuera de la territorialidad, y como un caso de excepción, manejarlo como una propiedad cultural común entre ambos
municipios, como resultado de un acuerdo que a nadie perjudica y a su vez respetando la tradición y las costumbres.

Pero ¿Cuál es la historia real de este monumento? No es el lugar de encuentro entre Conni y los conquistadores españoles, tampoco se construyó para señalar el lugar de la fundación de Querétaro, y menos aún para conmemorar la construcción del acueducto, ¡NO! La historia de esta construcción es muy diferente, y poco se conoce, al ser suplantada por la imaginería popular fantasiosa, que por facil, desplaza a la realidad.

Don Valentín F Frías, uno de nuestros más veraces historiadores, por sustentar sus escritos en documentos que consultaba, en uno de sus escritos, trascribe el texto que un día se encontraba en la placa de cantera de dicho monumento del “Pan de Dulce”, y que, analizando su contenido, se explica por sí solo. Esta placa decía lo siguiente:

GOBERNANDO LAS ESPAÑAS LA CATHOLICA MAGESTAD DEL REY NUESTRO SEÑOR DON FERNANDO VII Q.D.G. (que Dios guarde) Y SIENDO VISORREY DESTA NUEVA ESPAÑA EL EXMO. Sr. DON FRANCISCO XAVIER VENEGAS SE IZO ESTA OBRA CON APROBECHAMIENTO DE LOS PRISIONEROS HECHOS AL INSURGENTE ENEMIGO EN EL TRIUNFO OBTENIDO POR LAS TROPAS DEL REY NUESTRO SEÑOR EN EL PUERTO DE CARROZA EL 6 DE OCTUBRE. AÑO 1810.

Lo que Don Valentín aporta, es de suma trascendencia, ya que, al triunfo de la Independencia, se mandó cincelar la inscripción de la placa borrándola, por ser contraria al espíritu independentista. Este monumento estuvo en el abandono, y en un intento bien intencionado, pero fuera de todo lo arquitectónicamente acertado, el Licenciado Guadalupe Ramírez Álvarez, mandó agregarle una esfera de cantera, a la parte del remate original del monumento, agregado que no va acorde con su diseño original.

La batalla de puerto de carrosas, se dio ese día de 1810, en las inmediaciones de la hoy Santa Rosa Jauregui, población que al igual que la ciudad de Querétaro en 1867, que padeció de 72 días de Sitio, y que también pueden considerarse Heroicas, cuando solamente Querétaro era ayuntamiento y sus alrededores dependían de el.


Por Jaime Zuñiga Burgos

Queretano por nacimiento, Jaime Zúñiga Burgos cuenta con una muy amplia trayectoria en actividades políticas, sociales y culturales. Su formación de médico cirujano y licenciado en derecho, así como sus estudios de maestro en administración pública lo enfocan al humanismo. Lo mismo ha recuperado valiosas piezas arqueológicas que ha rescatado, importante documentos para la historia de México como el testamento original de Doña Josefa Vergara y Hernández, el decreto del presidente Benito Juárez para el cambio del sistema de medidas en la Republica, las mercedes de aguas del pueblo de Querétaro entre otros. Además de la ubicación de los restos del Marqués Juan Antonio de Urrutia y Arana en la iglesia de San Hipólito en la capital de la Republica. Preocupado por la pérdida de documentos de Querétaro junto con otros distinguidos académicos, fundó Preserva Patrimonio A.C. organismo creado para el rescate de nuestro patrimonio histórico. Actual Cronista del estado de Querétaro

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Content is protected !!