En el 2021 se cumplirán 500 años del poblamiento de La Cañada por el indio Coni, fecha que por trascendente no puede pasar sin ser señalada, como el referente histórico del que sería el origen de la conquista y fundación de Querétaro y otros pueblos, lo que se daría 10 años después, y que por la natural carencia documental, pero ante tan obvias circunstancias al tratarse de la llegada de varias familias, que buscando refugio, fueron guiadas a lugar seguro por quien conocía perfectamente estos lugares y a sus ocupantes, al tener una relación de comercio (trueque) con los que durante varios años intercambiaba chiles, pieles de animales, y puntas de flecha de obsidiana, por sal y otros productos.
Esto quedó documentado por Diego de Tapia, -su hijo-, en el año de 1582, ante el escribano Francisco Ramos de Cárdenas, pero ante el manejo parcial de los pocos datos históricos con que se cuenta, se tiene una fecha que de manera oficial se ha tomado como la del incio de nuestra historia, esta es “la caída de la gran Tenochtitlan el 13 de agosto de 1521” fecha en que al ser capturado Cuauhtémoc se inicia oficialmente nuestra historia con la etapa de tres siglos que se denomina “La Colonia” (1521- 1821) y, salvo el maestro Miguel León Portilla, a pocos les interesó lo que ocurrió desde que el 11 de abril de 1519, llegara Hernán Cortés a Veracruz. A partir de ahí la historia es congruente y detalla todo lo que fue aconteciendo en lo que se conoce como “La Conquista”, omitiendo mucho de lo que estaba ocurriendo en otros rumbos. Las alianzas con los sorprendidos indígenas, ante los extraños recién llegados, sumaría miles de tlaxcaltecas, con los que la marcha revanchista contra los opresores aztecas, y la sangre y fuego de las armas desconocidas que causaron temor y obligaron a huir a grupos numerosos para ponerse fuera del alcance del invasor.
Esto se fue haciendo cada día con mayor intensidad y el miedo obligó a dispersarse para no caer en manos de los hombres blancos y barbados, pero la realidad es, que la conquista la realizaron los indígenas que resultaron más sanguinarios que los provenientes de los reinos de Aragón y Castilla y de muchos otros villorrios dispersos de la península ibérica, que años después se transformarían en España.
Autores como Valentín Frías, que al ocuparse del indio Coni al que por un error del cronista de indias Don Antonio de Herrera, le cambió el nombre por Conín y los autores adoptaron este en lugar del verdadero que es Coni (ruido). Valentín Frías tiene a Coni como cercano a los nobles, incluso a Doña Marina “La Malinche” lo que es creíble, porque era “pochtecatl”, cargo y actividad reconocido por el emperador Moctezuma I, y su cercanía con los conquistadores está en su propio nombre cuando fue bautizado como Hernando, que con el tiempo fue alterado por Fernando y el apellido de Tapia, tomado de uno de los acompañantes del conquistador.
Tres aspectos deben ser tomados en cuenta para tener la certeza de que Fernando de Tapia aun como Coni, inicia hace 500 años el poblamiento de lo que hoy es La Cañada y que no pueden ser cuestionados o desmentidos, salvo que se den dos supuestos o por desconocimiento, o por mala fe, y veamos porque se afirma esto.
Primero: Coni tenía ya presencia en el lugar realizando comercio con los chichimecas y otomíes de esta región desde 1510, y su mismo nombre o como se afirma por el autor, su “sobrenombre”, era Coni, porque su original nombre se desconoce por dos motivos, primero, porque se perdió con el tiempo y ni el lo quería recordar, o no lo tenía, como resultaba frecuente en varias etnias.
Coni -ruido- según el fonema para señalar a quien por su oficio hacer notar su presencia, para llamar la atención de los dispersos nativos regados en los cerros y cuevas. Se dice, que, era originario de Nopala y que logró la aceptación de los agresivos chichimecas, nombre genérico con el que los conquistadores conocían a diferentes grupos de huachichiles, pames, jonaces, mejicanos, apaches que habitaban dispersos en “La Gran Chichimeca” cuyos límites eran estas tierras. Los bautizados eran “indios dóciles” y fueron sujetos a los encomenderos tiempo después, pero previo a la caída de la gran Tenochtitlan sonaba muy lógico lo que después Diego de Tapia confirmaría: “que su padre llegó años antes y que lo acompañaban varios de sus familiares, que vivían en cuevas, comían tlacuaches y cubrían sus cuerpos con pieles de animales, lo que bien pudo ser antes del año de 1521.
Coní, poniendo a salvo a sus familiares regresa y se pone en contacto con los conquistadores. Es bautizado con el nombre de Hernando de Tapia, aprende el castellano y se casa con Doña Beatriz, procrea dos hijas con las que llegaría a La Cañada en 1531 (según la historia oficial). En 10 años, es bautizado, aprende la nueva lengua, aprende a leer, recibe en sacramento del sagrado matrimonio, procrea dos hijas, se le nombra “capitán general”, forma un ejército de 500 hombres de arco y flecha y llega a fundar San Juan del Río el 24 de junio de 1531 y un mes después, -el 25 de julio- del mismo año, “conquista” a los pobladores en la mítica batalla del cerro del Sangremal, y su nombre queda consignado por historiadores tales como el padre Isidro Félix Espinoza, que le agrega su religiosas aportaciones a la historia, como el día exacto del festejo del Santo Patrono de España, el que los liberó de los invasores, Santiago Matamoros.
Con estas dos etapas bien diferenciadas de la vida del personaje, que primero fue Coni -el indio comerciante- y que, tratando de proteger a sus familiares, llega y se refugia en el lugar que ya conocía y que le significaba seguridad, iniciado el poblamiento de la hoy conocida como La Cañada, en 1521 (o antes). Los siguientes 10 años, es bautizado, aprende castellano, se casa, procrea dos hijas, lo nombran capitán general y forma un ejército de 500 hombres de arco y flecha.
Este mismo personaje, diez años después, ya bautizado con el nombre de Hernando de Tapia, con el cargo de capitán general y con 500 hombres de arco y flecha que el mismo pagaba (otras pistas más) llega a tierras que ya conocía para “conquistarlas” y poder recibir las mercedes reales que por servicios concedía la corona española -eran tiempos de conquista- no lo hacían por ideales, si no por intereses (otra pista). Para entonces ya era reconocido con el grado de capitán general y autorizado por la Real Audiencia para conquistar y fundar nuevos pueblos iniciado repartimentos de tierras.
Estas dos diferentes etapas de la vida de transición entre el indio Coni y Don Fernando de Tapia, las han perdido de vista los que se basan en lo escrito por autores que se avocaron al tema, y al copiarles repitieron el mismo error de omitir los tiempos que resultan fundamentales, y que son los años que Coni intercambió productos con los chichimecas, y la llegada a vivir con sus familiares a La Cañada, datos aportados por su propio hijo Diego de Tapia. Su bautizo, su matrimonio, la procreación de sus dos hijas y su retorno al lugar en donde estaban ya sus familiares desde 1521, explican el por qué resultó incruenta la supuesta conquista a través de un simulacro concertado, porque ya se conocían.
Ante la proximidad de una fecha de tanta trascendencia como es la celebración de los 500 años del origen -no solo de un pueblo- ¡de varios!, ya que La Cañada es el inicio de poblamientos, tanto de Querétaro como de San Miguel y los Apaseos. Por esto nos estaremos ocupando de este tema durante varias entregas, para ir paso a paso, demostrando la conveniencia de subsanar lagunas u omisiones en nuestra historia y revalorar su rico patrimonio.